jueves, 21 de enero de 2010

El holocausto.

En Historia, se identifica desde mediados del siglo XX con el nombre de el Holocausto a lo que técnicamente también se conoce, siguiendo la propia terminología del Estado nazi, como Solución Final (en alemán, "Endlösung") de la cuestión judía, esto es, el intento de aniquilar totalmente a la población judía de Europa, idea que surgió históricamente en los últimos meses de 1941 y principios de 1942. También se utiliza, aunque con menor frecuencia, el término la shoah.

Etimológicamente, ambos términos hacen referencia a antiguos rituales religiosos: holocausto proviene del griego ὁλόκαυστον holókauston, de ὁλον ‘completamente’ y καυστον ‘quemado’; por su parte, shoah es la adaptación de la forma latinizada ha'shoáh, del hebreo השואה.

La persecución y el asesinato de los judíos no se desarrolló sólo ni en Alemania, ni en los distintos campos de concentración creados a tal fin, sino que se extendió a Rusia, Europa Oriental y la península Balcánica, donde los alemanes y sus colaboradores (austriacos, lituanos, letones, ucranianos, húngaros, rumanos, croatas y otros) llevaron a cabo múltiples matanzas de judíos en fosas, bosques, barrancos y trincheras.

Aunque se discute el grado de elaboración del plan que terminaría por provocar el genocidio, y la responsabilidad última, técnicamente hablando, de Adolf Hitler, el sustento ideológico de ese plan es bien conocido:

una ideología o Weltanschauung (concepción del mundo) milenarista que proclamaba que "el judío" constituía el origen de todos los males, en especial del internacionalismo, el pacifismo, la democracia y el marxismo, y que era el responsable del surgimiento del cristianismo, la Ilustración y la masonería. Se estigmatizaba a los judíos como "un fermento de descomposición", desorden, caos y "degeneración racial", y se los identificaba con la fragmentación interna de la civilización urbana, el ácido disolvente del racionalismo crítico y la relajación moral; se hallaban detrás del "cosmopolitismo desarraigado" del capital internacional y de la amenaza de la revolución mundial. Eran el Weltfeind (el "enemigo mundial") contra el cual el nacionalsocialismo definió su propia y grandiosa utopía racista de un Reich que duraría mil años.

Además de esta ideología, la ejecución del genocidio tuvo como soporte a la sociedad alemana, la más moderna y con más nivel de desarrollo técnico de Europa, y que contaba con una burocracia perfectamente organizada. El antisemitismo presente, en mayor o menor medida, en Europa Occidental y Estados Unidos, además de los problemas económicos derivados de la Gran Depresión, provocaron también, la desgana de los responsables políticos británicos y estadounidenses a la hora de realizar algún esfuerzo significativo de salvamento de judíos europeos durante el holocausto.

Junto con los judíos, otros grupos humanos como gitanos, soviéticos (especialmente, los prisioneros de guerra), comunistas, polacos étnicos, otros pueblos eslavos, los discapacitados, los hombres homosexuales y disidentes políticos y religiosos, fueron también objeto de persecución y asesinato durante el nazismo. Según el criterio más o menos restringido que se adopte para definir el Holocausto, la cifra de víctimas varía. Algunos historiadores lo circunscriben al genocidio judíos a manos del Tercer Reich (algo más de 6 millones de víctimas). Otros estudiosos consideran que debe aplicarse asimismo a las víctimas polacas y a otros pueblos eslavos y gitanos. Un tercer grupo amplía el término para que abarque igualmente a los homosexuales, los disminuidos físicos y mentales y los Testigos de Jehová, de modo que se estiman en 11 o 12 millones las víctimas del holocausto, de las cuales más de la mitad eran judíos.

La culpabilización de los judíos como responsables de la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial fue una actitud general entre los soldados que participaron en ella. Por su parte, los nacionalistas de derecha, los monárquicos conservadores y las viejas élites, atemorizados por la revolución de Octubre, asociaban el bolchevismo con el judaísmo y creían en la posibilidad de una conspiración judía. En cuanto a las clases medias y bajas, la creencia en que los judíos habían obtenido ganancias enonómicas a costa de la guerra y las reparaciones posteriores era también frecuente. En general, existía un cierto malestar por la inmigración de judíos desde el Este y por la convicción de que el capital estaba en manos de judíos. Así las cosas, y teniendo en cuenta que justo tras la guerra ya se había convertido en un éxito de ventas el panfleto antisemita ruso Protocolos de los sabios de Sión, en 1933, ya había en Alemania más de cuatrocientas asociaciones y entidades antisemitas, así como unas setecientas publicaciones periódicas antijudías [que, en buena parte], retrataban a los judíos no sólo como una amenaza económica y política, sino también como un peligro para las mujeres alemanas y la pureza de la raza. Los medios de opinión más respetables y conservadores deploraban la permisividad de costumbres, la cultura modernista y la actividad política radical de Berlín de los años veinte, que atribuían a la influencia judía y marxista.

El acceso de Hitler al poder en enero de 1933 marcó el final de la emancipación judía en Alemania. Durante los seis años que siguieron, un siglo entero de integración de los judíos en la sociedad germana iba a quedar anulado de forma completa y brutal. Desde el principio, los nazis instauraron una orgía de terror dirigida contra oponentes políticos y judíos, a quienes se sometió a la violencia arbitraria de los matones que integraban las bandas de merodeadores de las SA. La primera gran actuación del gobierno nazi contra los judíos fue la declaración oficial para el 1 de abril de 1933 de un boicot económico contra las tiendas y negocios judíos. La reacción de la población alemana fue desigual, pero la impresión causada en los judíos fue demoledora.

Pocos días después, se aprobó la "Ley para la Renovación de la Función Pública Profesional", que desplazó al retiro a todos los funcionarios de origen no ario (exceptuando a los veteranos de guerra). Siguieron diversas leyes que excluyeron del ejercicio profesional a multitud de abogados, jueces, fiscales, notarios y médicos judíos, y diversas medidas contra intelectuales judíos (universitarios, artistas, escritores...), muchos de los cuales (en 1933, unos 2000), entre ellos Albert Einstein, hubieron de emigrar. Una ley de numerus clausus limitó al 1,5% el número de judíos admitidos en los institutos y las universidades, en mayo se produjo una quema pública de libros, muchos de ellos de autores judíos, en las plazas de ciudades de todo el país, lo que pretendía simbolizar el fin de la influencia intelectual del judaísmo en Alemania.

En septiembre, Goebbels, a través de la Cámara de Cultura del Reich, inició un proceso de depuración en el ámbito artístico y cultural, negando la posibilidad de la actividad profesional a los judíos en la prensa, el teatro, el cine y la música. Como consecuencia de todo lo anterior, el primer año de Hitler en el poder provocó la marcha de unos 40.000 judíos de Alemania, casi el 10% de los que había; tras seis años de gobierno nazi, se habían marchado del país 200.000 judíos.

Aunque la experiencia del boicot de principios de 1933, no muy seguido por la sociedad alemana, llevó a que la legislación incidiese en minar a los pequeños comerciantes y profesionales judíos, por provocar menos perjuicios a la economía en general, en 1935 la cuarta parte de las empresas judías se habían ya arizado. Y a partir de junio de 1938, cuando la economía estaba recuperada, se inició el expolio y la expropiación de las propiedades judías, lo cual implicó la emigración de unos 120.000 judíos. El 24 de marzo de 1934 se retiró oficialmente la ciudadanía a los miembros de la comunidad judía.

Paralelamente a las decisiones gubernamentales al respecto, se fueron incrementando las llamadas Einzelaktionen o acciones individuales contra los judíos por parte de elementos de las SA, actos violentos y sádicos contra ellos. La mala imagen exterior que generaban estas acciones, y la convicción de que se promovían desde el gobierno actos de vandalismo contra los judíos, se resolvió con la promulgación en septiembre de 1935 de las leyes raciales de Nuremberg, con las que se intentó contentar tanto a la burocracia del partido nazi como a sus elementos más radicales.

A mediados de junio de 1941, Heyndrich realizó una serie de indicaciones genéricas a los jefes superiores de las SS y la policía en el este sobre la necesidad de matar judíos, saboteadores, subversivos y funcionarios del Comintern. Un mes después, en una conferencia de planificación, Hitler afirmó que había que aniquilar a cualquiera que se interpusiese en el camino de Alemania.

El 16 de julio de 1941, el jefe del Servicio de Seguridad (SD) en Posen, Rolf-Heinz Höppner envió a Adolf Eichmann, de la Oficina Principal de Seguridad del Reich en Berlín, un informe titulado Solución al problema judío, en el que recogía las conclusiones de diversas discusiones al respecto entre distintos organismos del Reich. La idea principal que se exponía en el informe era la de concentrar a todos los judíos del Warthegau en un campo para 300000 personas situado cerca del centro de la producción de carbón, para que los judíos aptos para el trabajo pudiesen ser explotados. Además, se señalaba, en relación con los judíos que no pudiesen trabajar y con aquellos a los que no fuese posible alimentar, que habría que considerar seriamente si la solución más humana no sería terminar con ellos mediante algún tipo de preparado de efecto rápido. Por lo demás, se sugería la estirilización de todas las judías para solventar el problema judío en esa misma generación. Así, pues, el informe destacaba la idea de genocidio en una fase embrionaria.

El primer campo de exterminio se construyó en Chelmno (Kulmhof), Polonia, donde el asesinato de judíos con el gas de escape de camionetas empezó el 8 de diciembre de 1941.Después, en marzo de 1942, se erigió el campo de Belzec, también en Polonia, cerca de la antigua frontera soviética, que sería el primero de los campos dotado con cámaras de gas permanentes, simultáneamente, en Auschwitz-Birkenau (el campo más grande, pues era también un campo de concentración y de trabajo industrial), las SS empezaron a principios de 1942 a gasear a los judíos en una granja reformada. A partir del 26 de marzo de 1942 llegaban a Auschwitz los transportes de judíos, organizados por Adolf Eichmann, de manera que fue necesario reformar una segunda granja para los mismos fines. En julio de 1942 Heinrich Himmler ordenó ampliar el campo de Birkenau para poder internar a 200.000 presos, así como construir cuatro crematorios con cámaras de gas, Conforme a los planes de la empresa Hoch-und Tiefbau AG Kattowitz, los cuatro crematorios con cámaras de gas empezaron a funcionar entre el 22 de marzo y el 25 de junio de 1943; los hornos crematorios y las instalaciones de gaseamiento habían sido fabricados por la empresa J. A. Topf & Söhne de Erfurt.

El Partido Nazi, que tomó el poder en Alemania en 1933, tenía entre sus bases ideológicas la del antisemitismo, profesado por una parte del movimiento nacionalista alemán desde mediados del siglo XIX. El antisemitismo moderno se diferenciaba del odio clásico hacia los judíos en que no tenía una base religiosa, sino presuntamente racial. Los nacionalistas alemanes, a pesar de que recuperaron bastantes aspectos del discurso judeófobo tradicional, particularmente del de Lutero, consideraban que ser judío era una condición innata, racial, que no desaparecía por mucho que uno intentara asimilarse en la sociedad cristiana. En palabras de Hannah Arendt, se cambió el concepto de judaísmo por el de judeidad. Por otro lado, el nacionalismo suponía el Estado nación, es decir, la homogeneidad cultural y lingüística de su población. Los judíos, considerados como personas pertenecientes a otra raza, inferior por lo demás, y por tanto inasimilables a la cultura nacional, sólo podían ser separados del cuerpo social. Frente a la raza judía, extraña a la nación, colocaban los nazis a la raza aria, que era la que constituía la nación alemana y estaba llamada a dominar Europa.

La primera cuestión era determinar quién era judío. Los nacionalistas alemanes no habían logrado establecer una línea divisoria clara entre judíos y no judíos; había en Alemania numerosas personas descendientes de judíos conversos que no tenían ya ninguna relación con la cultura judía, así como numerosas familias mixtas y sus descendientes. En este sentido, la primera preocupación de los nazis fue crear un criterio para basar la posterior segregación.

Las primeras leyes dirigidas contra los judíos no incorporaban todavía una definición del ser judío y se hablaba en general de "no arios". La definición finalmente adoptada fue la siguiente: judío era quien tuviera al menos tres abuelos judíos, fuera cual fuera la religión de la persona interesada. Quienes tuvieran dos o un solo abuelo judío, eran Mischlinge, es decir, medio judíos. Los primeros, con dos abuelos judíos, eran "Mischlinge de segundo grado" y podían ser reclasificados como judíos en función de complejas consideraciones (su religión o la de su cónyuge, por ejemplo). Podían también ser "liberados" de su condición y convertirse en arios en pago a los servicios prestados al régimen, o podían seguir siendo Mischlinge, con lo que estaban sometidos a ciertas restricciones en tanto que "no arios", pero no a las persecuciones dirigidas contra los judíos. Los Mischlinge de primer grado eran los que tenían un único abuelo judío y en general eran tratados como arios plenos. Los Michlinge de uno u otro grado abundaban en Alemania y a menudo lograban ocultar su condición. El dirigente de las SS Reinhard Heydrich, El Carnicero de Praga, era Mischling de segundo grado, dato que fue ocultado celosamente por sus superiores nazis.

Fueron varios los impedimentos con los que se encontraron los judíos para planificar o idear una resistencia ante las acciones genocidas de los nazis: en primer lugar, que estos se esforzaron constantemente en alentar falsas expectativas, ilusionando muchas veces a sus víctimas con la idea de que la sumisión y el trabajos podía ser causa de su salvación; en segundo lugar, que la idea misma del exterminio total resultaba más bien producto de una imaginación enferma que de un plan con alguna posibilidad de hacerse realidad; en tercer lugar, que la aplicación sistemática de castigos terribles e indiscriminados por parte de los alemanes ante cualquier amago de rebelión ejercía un serio efecto de intimidación; en cuarto lugar, que el ambiente antisemita y colaboracionista de muchos de los países europeos (sobre todo de Europa oriental) durante la guerra, hacían muy dificultosa una escapatoria a través de ellos para cualquier judío; y, en quinto lugar, que el grado de agotamiento físico y psicologíco de los judíos, en guetos, campos, etc., era de tal envergadura, que dificultaba enormemente cualquier expectativa que fuese más allá de garantizar la supervivencia del día a día.

Con todo, y a pesar de esta situación de enorme desventaja en la que se encontraron, hubo diversos casos de resistencia, los judíos se sublevaron en unos veinte guetos de Europa oriental, primero el de Vilna en Lituania en enero de 1942, y luego en guetos como los de Varsovia (entre el 19 de abril y el 15 de mayo de 1943) y Bialystok y, más tarde, en diversos campos de exterminio, De Vilma lograron escapar algunos combatientes judíos en el verano de 1943, tras lo cual formaron unidades partisanas para ayudar a la liberación de la ciudad.

La revuelta más conocida fue la sublevación del gueto de Varsovia, que duró casi un mes, entre el 19 de abril y el 15 de mayo de 1943 y que estuvo protagonizada por la Organización Judía Combatiente, compuesta por unos 600 miembros y dirigida por Mordechai Anielewicz, de 24 años de edad, y la Organización Militar Nacional, con 400 miembros. El gueto fue finalmente arrasado por las fuerzas alemanas, muriendo unos 15000 judíos y siendo enviados posteriormente a campos de exterminio más de 50000, asimismo, se produjeron diversas revueltas de prisioneros en los campos de exterminio, incluidos los de Auschwitz (donde se voló un horno crematorio) y Treblinka, donde en agosto de 1943 tuvo lugar una importante sublevación. El 14 de octubre se rebelaron los prisioneros de Sobibor, y dos días más tarde hubo de cerrarse el campo, tras conseguir escapar al menos un centenar de ellos.

Más allá de los campos y los guetos, muchos judíos se alistaron en los grupos de partisanos que lucharon contra los nazis en los bosques de Ucrania y Polonia, en los montes Cárpatos, en Bielorrusia y en Lituania. Especialmente conocida fue la Brigada Judía liderada por Abba Kovner y que actuó en los bosques cercanos a Vilna. Hubo también grupos resistentes en Bialystok, Kovno y Minsk. En Europa occidental y meridional, participaron en grupos de resistencia en casi todos los países, llegando a constituir en algún momento el 15% de los resistentes en Francia, En Alemania, a pesar de las extraordinarias limitaciones, probablemente unos dos o tres mil judíos se involucraron activamente en el movimiento antinazi clandestino alemán.

¿Que es la Haskalah?

La Haskaláh (hebreo: השכלה; "Iluminismo" "educación" de la raíz sekhel "intelecto", "mente" ), también conocida como el Iluminismo judío, fue un movimiento que se desarrolló en la comunidad judía europea a fines del siglo XVIII que tomó los valores del siglo de las luces, buscando una mejor integración con el entorno, e incrementar la educación del hebreo, la historia judía y demás conocimientos seculares, fuera del ámbito de la escuela religiosa o yeshivá.


La haskaláh, en este sentido, marca el inicio del intento de integración de los judíos europeos con el mundo secular, concluyendo, finalmente en el primer movimiento político judío y la lucha por la emancipación. La división de la judería askenazí en distintos movimiento religiosos o denominaciones, especialmente en Estados Unidos y Europa, comenzó históricamente como una reacción a la haskaláh.

El término haskaláh también puede ser utilizado en otros sentidos. Designa el método de estudio usado para el análisis de los libros religiosos tradicionales como la Torá, la Mishná y el Talmud, basado en el método histórico crítico moderno, diferenciándose de la forma de estudio tradicional usada por el judaísmo ortodoxo. También es usado para el estudio del hebreo bíblico, los textos poéticos, científicos y otros componentes de la Literatura Hebrea.

Desde el siglo X y XI los judíos de la Europa cristiana vivían en comunidades segregadas, las relaciones con el medio no judío eran mínimas, reducidas al comercio, y no existían marcos de convivencia social. Estaban organizados, normalmente el rabino era el miembro más influyente, y se solía abonar un tributo anual al obispo o autoridad que había dado el permiso de residencia. Al igual que los gremios medievales, tenían su propia estructura de justicia, administrada por un Bet Din, (Juzgado rabínico), en los casos que ambas partes eran judías, y se regían por la halajá, (ley judía).


La idea motivadora de los seguidores de la haskalá era "salir del gueto", no solo física sino también mental y espiritualmente para lograr integrarse entre las naciones gentiles.

Así como facilitó la integración, la haskalá también dio lugar a un renacimiento de la identidad secular judía, con un énfasis en la historia judía e identidad judía. El resultado fue el surgimiento del compromiso de los judíos con la vida política los países en los cuales residían. Esto se expresó de múltiples maneras, incluyendo la lucha por la emancipación judía y el nacimiento de nuevos movimientos políticos judíos, y en última instancia el desarrollo del sionismo frente a las persecuciones a fines del siglo XIX.


Otra de las consecuencias fue el surgimiento de la corriente reformista, luego dividido generando el movimiento masortí. También esto tuvo influencias en la ortodoxia como el movimiento musar en Lituania, o la concepción de Torah im Derech Eretz del Rabino Samson Raphael Hirsch (1808 – 1888), que marcaba la relación con el mundo gentil desde el punto de vista ortodoxo (también llamado neo-ortodoxo).

De la población judía al año 2007 en el mundo, estimada en 14.000.000 , más del 70% vive integrada a la sociedad moderna siguiendo los conceptos de la haskalá, siendo una minoría el sector ortodoxo y haredí.