miércoles, 23 de diciembre de 2009

¿Que es el ladino?

El judeo-español, ladino o djudezmo es la lengua que fue y es hablada por los sefaradies (judios expulsados de España a raiz del edicto de la Alhambra decretado en 1492 por los Reyes Catolicos), esta lengua, aunque es eminentemente derivada del castellano, es tambien una mezcla en muchas proporciones de muchas de las lenguas habladas en la Peninsula Iberica (y las posesiones aragonesas en el Mediterraneo) a la salida de los judios a finales del siglo XV: catalan, gallego, aragones, portugues, italiano e incluso provenzal, como es propiamente una lengua judia contiene una aportacion de hebreo, y dependiendo de la zona donde sehable se nota una fuerte influencia del turco y del griego principalmente, el judeo-español hablado por los sefaradies del siglo XX muestra tambien una rica importacion de vocabularios del frances, dada la fuerte influencia que tuvo la Alianza Israelita Universal en ciudades como Salonica y Estambul.
Al nunca haber sido regulada esta lengua, es actualmente sujeto de muchas controversias, siendo el nombre quizas lo mas comun, el nombre ladino surge de la costumbre rabinica de traducir las escrituras del hebreo original al castellano, hablado por el comun de los sefaradies, a esta accion se le llamaba fazer en latino, y con el paso del tiempo, las escrituras leidas o traducidas al castellano se decia que estaban en ladino, sin embargo, los sefaradies la mayoria de las veces se referian a su lengua como espanyol, o mas comunmente djudezmo, el termino de judeo-español surge de la necesidad de diferenciarlo del español moderno, al ser una lengua que aunque inteligible es evidentemente distinta, se observa una muy fuerte influencia del arabe.

La lengua hablada por los judios españoles antes de la expulsion no diferia sustancialmente del idioma español hablado por la mayoria de la poblacion, aunque tuvieron en ocasiones rasgos especificos, particularmente el empleo ocasional de lexico hebreo, en las primeras decadas del establecimiento de los sefaradies en la ciudad de Salonica, coexistian varias de las lenguas habladas en la Peninsula Iberica, era posible, en los diferentes barrios o Calls identificar lenguas como el gallego, catalan o portugues, sin embargo, la sustancial predominancia de los sefardies de origen castellano o andaluz propicio que todas las lenguas anteriores fueran cayendo paulatinamente en desuso, no sin antes haber ejercido cierta influencia.

El judeo-español posee una gran cantidad de vocablos de corte "arcaico", en relacion con el castellano actual, mucho de esto se debe a la falta de dinamismo que tuvo el idioma en los Balcanes, lejos de la "madre patria", cuya lengua se enriquecio y sufrio reformas con el paso de los años, el judeo-español por su parte, adquirio vitalidad de la lengua turca y griega principalmente, las cuales lo enriquecieron y modernizaron, durante siglos, se produjo una abundante tradicion oral en judeo-español, asi como una gran cantidad de literatura, el judeo-español era usada como lingua franca en el comercio y en las relaciones sociales.

En el siglo XX el judeoespañol experimenta un rápido declive. Por un lado, el Holocausto nazi que aniquiló comunidades enteras, como la numerosa comunidad de Salónica. La exterminación sistemática de la población judía en los campos de concentración es el acontecimiento histórico más duro que sufren las comunidades sefardíes desde la expulsión de 1492.


Por otro lado, las migraciones causadas por la propia guerra y posteriormente por la creación del Estado de Israel propiciaron el desmembramiento y aculturación de las comunidades. En apenas cinco años la lengua Sefardíes perdió al 90% de sus hablantes. Esto significó para el judeo-español dejar de tener un punto de localización reconocible y perder a quienes mejor hubieran podido abrir nuevos caminos hacia la normalización de una lengua: los escritores y creadores literarios.

Ni el odio, ni la expulsión, ni la diáspora. Ni el olvido, ni la asimilación a otras culturas de Europa y del mundo… Nada ha conseguido hacer desaparecer el ladino, esa lengua que viajó entre el alma partida y las bocas incapaces de nombrar las humillaciones de los judíos desterrados de España a partir de 1492. Más de 500 años ha sobrevivido esta lengua como símbolo enrocado de una cultura, la de los descendientes de los sefarditas, unas 250.000 personas, que está dispersa y viva por todo el mundo.

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